miércoles, 29 de octubre de 2014

¿Pagaremos o no pagaremos?

“Pero Él, dándose cuenta de su hipocresía, les dijo: ¿Por qué me están poniendo a prueba? Traiganme un denario para verlo. Se lo trajeron, y Él les dijo: ¿De quién es esta imagen y la inscripción? Y ellos le dijeron: Del César. Entonces Jesús les dijo: Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios. Y se maravillaban de El.”   Marcos 12:15-17
Para los estudiantes de metafísica y de la espiritualidad en general, es común que el rechazo por lo material sea una tentación latente.  Como si hubiera una pelea entre lo espiritual y lo material, tratamos de mantener la separación entre ambos lo bastante clara y amplia para que no haya dudas o tentaciones.

Es una confusión común, caer en la creencia errónea de que lo material está disociado de lo material, inclusive se llega a pensar que son enemigos irreconciliables. Cómo el refrán de los dos amos, creemos que si servimos a uno, quedaremos mal con el otro, por lo tanto, procuramos la lealtad a uno de ellos, aunque al final eso no nos lleva al éxito ni a la felicidad.

Siendo esta confusión común para la humanidad entera, no es de extrañarse que se la externaran al Maestro Jesús y tal como lo relata el pasaje en voz de Marcos, la respuesta fue maravillosa: “Den al César lo que es del César, y a Dios lo que es de Dios.”
El Maestro deja claro que hay dos amos y debemos servirlos por igual. No es idea de Jesús que nos peleemos con lo material o que lo ignoremos. Todo lo contrario. Nos recomienda con autoridad que demos lo material a lo material y lo espiritual a lo espiritual. ¿Acaso esto es contradictorio? En absoluto. Jesús entendía perfecto las leyes naturales tanto físicas como de la mente y su mensaje siempre fue en el mismo sentido: Las leyes hay que cumplirlas. Jesús era un rebelde mas no un delincuente o bandido que rompiera las leyes. Era rebelde con ciertas creencias de la época, mas no contra las leyes universales.

En el pasaje en que es tentado por el miedo (demonio) y éste le alienta a lanzarse al vacío y le pida a los ángeles que lo salven de la caída; Jesús sabe que no puede desafiar a la ley de la gravedad. Ni la ley espiritual mas potente podría desafiar a la ley de la gravedad, simplemente porque sus dominios (reinos) son distintos.

Cada reino, el reino físico y el reino espiritual (el reino de los cielos) tiene sus propias leyes y el no cumplirlas tiene sus consecuencias. Si bien el reino espiritual gobierna sobre el reino físico o material, hay una lógica y un orden. El reino espiritual es causa y el reino físico efecto, las causas tienen sus leyes y los efectos tienen sus leyes. Las leyes proporcionan un orden y este orden proporciona armonía al universo. Este orden y esta armonía son los que hacen posible que las leyes funcionen, ya que ninguna ley podría cumplirse dentro del caos.
Al César lo que es del César.

No podemos pretender estar delgados en el reino físico del cuerpo alimentándonos sólo con grasas y carbohidratos. Hay leyes químicas que gobiernan las reacciones bioquímicas de nuestro cuerpo. Lo mismo sucede con cualquier aspecto de nuestra salud. No podemos estar sanos o curarnos de la diabetes consumiendo azúcar en exceso o mantener nuestra presión sanguínea saludable alimentándonos con sal en exceso.  Pretender que el exceso de alcohol, tabaco o cualquier droga no hará daño en nuestro cuerpo sólo con el poder de la fe, no sólo es una mentira sino una gran necedad.

Si atravesamos por una crisis financiera, no podremos manifestar prosperidad endeudándonos inconscientemente.  No disfrutaremos de la abundancia de dinero si no movemos un dedo para trabajar y producirlo o ganarlo; y que conste que no se trata de matarse trabajando, sino simplemente de activar la ley de la circulación: para recibir hay que dar, ésta ley es tanto económica como espiritual y trabaja igual en ambos reinos.

Isaac Newton nos dio a conocer otra ley física que tiene su equivalente en una ley espiritual: A toda acción hay una reacción; Causa y efecto.  En el reino físico toda acción produce una reacción. El combustible y el calor arden, el frio extremo congela, las objetos caen irremediablemente,  lo que tiene vida muere, lo que no se usa se atrofia, el agua que no fluye se estanca, etc.

Si no pagamos nuestros impuestos, nos multarán. Si robamos, matamos o llevamos a cabo cualquier delito seremos castigados. Si nos lanzamos al vacío, caeremos irremediablemente con sus inevitables consecuencias. Quebrantar la ley del hombre tiene como resultado el castigo del hombre.

Dar al César lo que es del César, nos invita a cumplir con las leyes físicas para mantener el orden y la armonía en el reino físico.
Cualquier intento deliberado de quebrantar o ir en contra de las leyes físicas es infructuoso porque va en contra del propósito del universo.
¿Qué intención positiva puede tener el desafiar la gravedad sólo por demostrar que mi fe es poderosa? ¿Qué intención positiva podría tener desafiar el proceso natural de la vida al intentar levantar a los muertos y resucitarlos? ¿Qué intención positiva tendría la habilidad de aparecer dinero tan sólo con chasquear los dedos? ¿Qué intención positiva tendría el controlar la voluntad de las personas y hacer que se enamoren o sigan nuestras ordenes?
La soberbia detrás de la intención anula cualquier beneficio que pudiera resultar.
La fe no es un instrumento humano que nos ayude a quebrantar las leyes físicas. Eso sería magia o brujería si realmente algo parecido existiera.
La fe es el conocimiento del reino de los cielos y sus leyes, con la certeza de su funcionamiento sobre el mundo material; siempre y cuando Fe y leyes físicas actúen en armonía.

A Dios lo que es de Dios.

Las leyes espirituales no sólo mantienen el orden y la armonía en el reino de los cielos, sino que activan las leyes físicas y hacen que el reino de lo físico funcione en consecuencia. Por ello, cuando activamos una ley espiritual debemos actuar en correspondencia en el mundo material, la ley espiritual no puede actuar en oposición a la ley física y viceversa. Intentarlo es una obstinación inútil y vana.

“A Dios orando y con el mazo dando”, con esta expresión dejamos claro que la ley espiritual y sus acciones deben estar acompañadas en congruencia de las leyes físicas. No puedo orar por salud, descuidando mi alimentación, exponiéndome a las bacterias y virus, no ejercitando mi cuerpo y lastimando o hiriendo mi integridad física. Suena insensato y lo es.

Dar a Dios lo que es de Dios es mantener la visión elevada y la conciencia alineada, realizar la oración de forma afirmativa, practicar la presencia divina el mayor tiempo posible y recordar permanentemente nuestra Unidad con el poder que nos creó. Cuando realizamos con diligencia estas acciones todo lo demás –en el reino físico- se nos da por añadidura. Las finanzas prosperan, las relaciones se armonizan o se liberan, el cuerpo sana; y todo esto se manifiesta no de forma milagrosa, sino en consecuencia. Cuando damos a Dios lo que es Dios y al César lo que es del César, armonizamos los reinos, los sintonizamos y se integran en una sola realidad. La realidad perfecta de acuerdo a la voluntad divina.

Toda enfermedad, pobreza, relación dolorosa o conflictiva, no es sino el resultado de una crisis causada por no pagar por igual “al César o a Dios”.

Cuando cumplimos con las leyes de Dios, entonces mandamos la orden al mundo físico para que reaccione en consecuencia. La manifestación deseada sólo será posible si el mundo físico está en orden, en paz y en armonía; por lo tanto, alineado al reino espiritual.  En esta congruencia, al que tiene se le dará más y al que tiene poco, aún eso poco que tiene se le quitará.

Si mi intención es sanarme de cualquier enfermedad: alineo mis pensamientos y mis emociones enfocándome en la salud perfecta, en el perdón, en el amor y en la Unidad con Dios a través de todas las practicas espirituales disponibles. Al mismo tiempo, desintoxico mi cuerpo, me alimento sanamente, lo ejercito, lo mantengo en buen estado, le doy medicamento si es necesario, le doy todos los tratamientos, intervenciones y cuidados físicos necesarios. Entonces, la sanación es el único resultado posible. Hemos dado al César lo que es del César y a Dios lo que es de Dios.


domingo, 24 de junio de 2012

Recuperando nuestro Poder Espiritual. La desburocratización de la experiencia divina

La idea de Dios es una idea cultural. Creamos una imagen de Dios de acuerdo a la forma en que se nos ha enseñado a percibirlo, es decir, a interpretarlo. Al ser Dios, el Ser o Ente superior por excelencia, la idea de Dios es la idea principal que determina nuestra vida, para bien o para mal. Podemos identificar las ideas generales que se tienen de Dios en 2 formas, un dios externo y un dios interno. El Dios externo: El Dios titiritero. Bajo esta creencia somos marionetas, danzamos y actuamos de acuerdo a Dios que nos mantiene amarrados con hilos para que obedezcamos sus caprichos. Como una especie de burla dramática, Dios se divierte con nuestra actuación y nos hace divertir al mundo que nos rodea. La vida que nos toque vivir, dependerá del grado de preferencia que tenga Dios hacia nosotros y del papel que nos asigne en la obra en turno. El “reino de los cielos” se limita a ser considerados el títere principal de la obra lo cual conlleva privilegios como estar limpio, tener buena ropa y ser aplaudido por el público. Nivel de Poder= Cero. El Dios Capitán. Cuando adoptamos o interpretamos el papel de víctima, la idea principal de Dios es la de un Dios castigador, vengativo, represor. Pensar en Dios de esta forma nos permite mantener el papel de víctima y justificar todos nuestros sufrimientos y nuestra “mala suerte”. Cuando tenemos la idea de un Dios capitán, estamos expuestos y comandados por lo que él quiere, aunque no sea de nuestro agrado. El “reino de los cielos” se obtiene mediante la obediencia y el esfuerzo para subir los grados de un escalafón en el que vamos siendo ascendidos de simples animales a santos. Todo lo que pasa en nuestra vida es azaroso para nosotros y no podemos determinar con certeza el porqué y/o el para qué, sólo sabemos que ha sido “dios” el que ha tomado las decisiones o dado esas órdenes, como pruebas de destreza, de habilidad o de fuerza para poder ser considerados en nuestro ascenso. En esta creencia no tenemos poder de decisión, ni de acción, nos limitamos a cumplir. Dios nos castiga o nos premia de acuerdo a su propio juicio y él sabe lo que hace. Como si se tratará de un Dios con formación militar, tiene sus propias estrategias para llevarnos a donde él quiere, sin importar si nos quejamos, nos duele o no queremos. En este sentido, si nos atrevemos a desobedecer sus órdenes, irremediablemente recibiremos el castigo que merecemos. Aun cuando esta idea de Dios, nos da un grado de libertad (la desobediencia), seguimos percibiéndonos como esclavos o empleados del Superior. Nivel de Poder=Muy Bajo. El Dios Vigilante o Dios “Big Brother”. Esta idea es muy común y sumamente generalizada. Considera la creencia de que a Dios no se le puede ver, pero él esta presente, observándo, siempre vigilante de nosotros y espiándonos en todo momento. En este caso, el “reino de los cielos” es un premio al mejor concursante, al mas convincente, al mejor actor. Como la idea del popular “Reality Show” de la televisión comercial en que los concursantes son permanentemente observados detrás de cámaras puestas estratégicamente en todos los rincones de una casa, el dios Big Brother nos observa y se entera de todo lo que hacemos, evaluando cada acción que realizamos. En este caso, aunque podemos desempeñar el papel de víctimas si nos conviene, ante todo somos actores. Nuestra actuación consiste en agradar al dios “vigilante” para ganar su aprobación y con ello, obtener el premio, el papel principal “en el reino de los cielos”. Nuestra actuación puede incluir ser generosos con las personas que lo necesitan, ir a la iglesia, disfrazarnos de forma adecuada. En nuestra intimidad, creyendo que hemos encontrado un “punto ciego” a las cámaras divinas, nos ocultamos y sacamos lo peor de nosotros mismos. Siguiendo esta lógica, la gente realmente cree que dios no puede observar o escuchar lo que piensa y en su interior, en su pensamiento, da rienda suelta a toda su amargura, rencor y maldad. El rol de actor, nos permite incluso, tratar de engañarnos a nosotros mismos. Actuamos como malvados villanos y mas tarde, como arrepentidos. Actuamos como seres egoístas, envidiosos y celosos, para mas tarde mas tarde como tratar de compensar siendo magnánimos. Al no haber honestidad y estar viviendo en una ilusión, el rol del actor termina siendo un juego psicótico. Nivel de poder= Bajo El Dios Burócrata. El uso humano del poder, ha hecho que proyectemos esta realidad en nuestra idea de la divinidad. Cuando se adopta la creencia del Dios Burócrata el “reino de los cielos” se alcanza mediante el logro satisfactorio y completo del trámite de la vida. Este trámite incluye seguir ciertas reglas, quedar bien con ciertas personas y con cierto “entes” poderosos. La idea del Dios Burócrata contempla la existencia de diversos rangos de seres sagrados o divinos ante los que tenemos que ganar simpatía, favores y cumplir con ciertos trámites. Santos, Angeles, Vírgenes, Dioses menores y Dioses mayores, Espíritus, Fantasmas, Demonios y cualquier otra figura celestial o infernal, ocupan sus “oficinas” para apoyarnos o castigarnos. La burocracia divina se acepta con facilidad porque nos da una idea lógica del orden y de lo que tenemos que hacer para lograr cumplir con el trámite de nuestra vida. La mayoría de las religiones han hecho un uso estupendo de la idea de la burocracia divina, reflejando en sus ritos, ceremonias y dogmas los trámites necesarios para alcanzar el “reino”. Bautizos, confirmaciones, confesiones, bodas, comunión, ex-comunión, exorcismos, iniciaciones, beatificaciones, etcétera. Todos trámites humanos para alcanzar estados o favores divinos. Incluso, en esta creencia, la gente se esfuerza por quedar bien con ciertas entidades que “se supone” son influyentes o como diríamos en México, “están palancas con el mero mero”. No es lo mismo, obtener los favores de San Francisco que de la mismísima Virgen María (al ser la “madre de Dios” tiene el poder de convencer o incluso obligar a su propio hijo a hacer cosas, lo cual la vuelve en el poder detrás del poder). En las puertas del “cielo”, ya muertos, mostraremos nuestro Carnet o Pasaporte con todos los sellos en su lugar para poder ser aceptados o rechazados. Nivel de poder=Medio. El Dios Santa Claus - Padre. La idea de Dios como padre, nos lleva a la creencia de que al igual que con nuestros padres biológicos, podemos convencer (por las buenas o por las malas) de que nos conceda nuestros deseos y caprichos. En un juego perverso de manipulación y chantaje echamos mano de todos nuestros recursos histriónicos para convencer a nuestro papá de que nos compre o nos regale lo que queremos. Al igual que en la historia de Santa Claus, todo comienza con un acto de fe y nos conformamos con creer que “tiene la obligación de darnos lo que queremos” si nos portamos bien. Cuando crecemos y se nos revela que en realidad Santa Claus no existe y se trata de nuestro padre disfrazado, aseguramos nuestra convicción de que “la obligación de darnos” es real. Desempeñar el papel de “hijo” puede resultar en una distorsión completa de nuestra realidad, porque bajo esta óptica, podemos hacer lo que se nos dé la gana y siempre encontraremos la ternura y el amor de nuestro padre. Como auténticos hijos malcriados, hacemos berrinches, pataletas, lloramos, gritamos y nos tiramos al piso para llamar la atención de nuestro padre y que conceda nuestros deseos para evitar nuestro sufrimiento y liberarse de nuestros lloriqueos. En formas mas sutiles, podemos comportarnos como hijos empalagosos, sumamente cariñosos para obtener los favores de nuestro padre. La oración se vuelve en nuestro instrumento de convencimiento para obtener lo que queremos, adoptando múltiples formas: ruego, súplica, chantaje, soborno, persuasión, etcétera. Cuando nos damos cuenta que dios no responde de ninguna forma en que tratamos de convencerlo, entonces nos enojamos con él y comenzamos a guardar resentimiento y rencor porque no nos hace caso, entonces nos volvemos los hijos descuidados, olvidados y a los que les va bien, se convierten en los hijos predilectos, protegidos. Nivel de poder=Medio. Dios Interno. El Dios Inquilino. El Dios Inquilino vive dentro de nosotros, de nuestra mente o nuestro cuerpo. Puede recibir varios nombres, espíritu, alma, conciencia y en general, se cree que está aquí para apoyarnos. La idea de un Dios como inquilino, supone que no pertenece al lugar donde habita, sino que se le ha aceptado para vivir ahí, lo cual, trae detrás la idea de que viene de fuera. Como a cualquier inquilino, se le puede ignorar, se le puede presionar, se le puede escuchar, ayudar o incluso obligar a hacer cosas, sopena de echarlo a la calle. Incluso, se puede llegar a creer en ciertas ocasiones que este dios inquilino nos puede abandonar por momentos mas o menos cortos o largos. Tomar conciencia del Dios inquilino es un buen comienzo, conforme se va ampliando nuestra conciencia y entendimiento avanzamos en otros conceptos. El reino de Dios es percibido como una coexistencia armónica y pacífica con este inquilino. Nivel de poder= Medio - Alto El Dios Crístico. El concepto del Dios Crístico, conlleva la idea de Dios como un ideal alcanzable en nuestra realidad humana. Se abandona la idea de un Dios separado de cualquier forma de nosotros y se nos abre la percepción a ser en nosotros mismos la expresión de Dios en potencia. El camino que se va recorriendo en nuestra experiencia de vida nos hace avanzar en el alcance de la conciencia del Cristo en nosotros. El reino de Dios se entiende como la iluminación, es decir, la total comprensión y vivencia de manifestar el ideal de Cristo (Buda, Krishna, etc.), en nuestra vida. Nuestro poder reside en alcanzar el estado de conciencia de nuestra propia divinidad inherente en nuestra existencia. Nivel de poder= Alto Yo Soy (Dios). La percepción mas íntima de Dios es también la mas integral. En el nivel del Yo Soy nos damos cuenta que Dios no sólo vive en nosotros sino también advertimos su presencia en el universo entero. Al eliminar todas las barreras entre nosotros y nuestro concepto de Dios, sabemos que no hace falta hacer ningún esfuerzo para experimentar el “reino” pues Dios simplemente ES en nosotros y con nosotros. Al liberar cualquier idea preconcebida sobre Dios, le permitimos manifestarse y ser, dejando que fluya libremente en nuestra existencia. En este nivel de comprensión, sabemos que Dios está en nosotros, pero también está en las demás personas, en los animales, en la tierra, en las estrellas, en el agua, en las células, en los átomos y en la nada. Un Dios realmente omnipresente no puede tener preferencias de ningún tipo por persona o situación alguna. Un Dios realmente omnipotente no necesita de intermediarios, de religiones, de castigos o premios, ni de contrapartes malévolas. Un Dios realmente omnisciente no necesita del control de los seres humanos, ni de concursos, ni de predestinación alguna, la libertad es su condición natural. En el nivel del Yo Soy recuperamos nuestro poder natural y con el, la responsabilidad sobre nuestra existencia, sobre nuestra vida. En este nivel, hacemos uso real de nuestro ALBEDRÍO. Nivel de poder= Muy Alto.

Nuevo Pensamiento

Todo lo que somos, es el resultado de lo que hemos pensado. Buda En el año 2006, comenzó a circular una película en la red llamada “El Secreto”, con una mercadotecnia viral basada en el internet. Este documental, pronto comenzó a ser recomendado de boca en boca, volviéndose uno de los mas grandes éxitos comerciales de los últimos tiempos. ¿Cuál es el mensaje de esta película que ha causado tanto furor? Dice algo muy simple: “Creas tu realidad a partir de tus pensamientos” por lo tanto, si quieres obtener algo en tu vida “piénsalo primero”. Amada por muchos y denostada por varios, la película “El Secreto” dice “revelar” una verdad que supuestamente había estado oculta por años: el poder de nuestro pensamiento para manifestar nuestra realidad mediante la “ley de la atracción”. Pocos saben que la película “El Secreto” difunde las ideas de una corriente filosófica que surgió a mediados del siglo XIX en Estados Unidos e Inglaterra, llamada el Nuevo Pensamiento. El Nuevo Pensamiento es una forma de vida espiritualmente motivada, que abarca las tradiciones de sabiduría antigua de Oriente y Occidente. Encarnamos la creencia de que la conciencia es elementalmente creativa, recíproca añ pensamiento, y por lo tanto da forma a toda la manifestación. Nuestros principios reflejan una convicción universal de que la comunidad de toda vida es sagrada, nuestras prácticas de meditación y oración mejoran un punto de vista que promueve la reverencia y el servicio a la humanidad y el planeta tierra. Nuevo Pensamiento se compromete a la curación global a través de la transformación personal, la construcción de comunidades, interreligiosas, interculturales, la comprensión interdisciplinaria y el activismo compasivo. Conocido en sus inicios como Ciencia Mental,(término acuñado por el Juez de origen Hindu-Inglés Thomas Troward), años más tarde recibiría el nombre de Nuevo Pensamiento (New Thought, en inglés). Mas allá de lo que se puede suponer, se le llama Nuevo, no porque sea de reciente creación, sino por su propuesta básica de desarrollar una nueva forma de pensar. Este movimiento (basado también en las ideas del genio holandés Swedenborg), creció en muy poco tiempo, internacionalizándose y produciendo grandes escritores durante todo el siglo XX, de los mas populares, podemos mencionar a: Emmet Fox, Joseph Murphy, Ernest Holmes, Norman Vincent Peale, John Randolph Price, Louise Hay, Wayne Dyer entre otros. Es importante mencionar que después de la película “El Secreto”, personalidades, maestros y “gurus” de otras corrientes filosóficas se han colgado del éxito comercial del citado documental. Hoy en día, podemos ver a practicantes de distintas ramas esotéricas, filosóficas, religiosas, chamánicas, asi como, psicólogos, “coaches”, angelistas, terapeutas alternativos, teosóficos, gnósticos, masones y una gran variedad mas que defienden (bajo su propia óptica y cosmología del universo) la idea de que el pensamiento crea nuestra realidad. El Nuevo Pensamiento no es en sí una religión aunque de este movimiento surgieron algunas instituciones filosófico-religiosas como la Unity, la Ciencia de la Mente (Ciencia Religiosa) y la Ciencia Divina (Divine Science), Sei Cho No Ie, el movimiento HUNA, entre otros, durante los siglos XIX y XX. El Nuevo Pensamiento es una filosofía que proclama la necesidad de una experiencia directa con el Creador, sin necesidad de intermediarios. El mensaje central del Nuevo Pensamiento es que el pensamiento de cada persona da origen a sus experiencias, a su visión del mundo. Por ese motivo el Nuevo Pensamiento pone un gran énfasis en la actitud mental positiva, la meditación y los ejercicios de afirmaciones. Aunque el Nuevo Pensamiento es a menudo confundido con el movimiento de la Nueva Era (New Age), el Nuevo Pensamiento precede a la Nueva Era por un siglo y a pesar de algunas similitudes no comparten muchos de sus principios fundamentales. Los 5 Principios Básicos del Nuevo Pensamiento. • Dios es la fuente y el creador de todo. Es único, bondadoso, y está presente en todas partes y todas las cosas. • Los humanos somos seres espirituales, creados a la imagen de Dios. El espíritu de Dios está presente en cada uno, y por eso toda persona y toda experiencia es intrínsecamente buena. • Los humanos creamos nuestras experiencias de vida por medio de nuestro pensamiento. • Los pensamientos positivos son poderosos, porque favorecen nuestra conexión con Dios. • No basta con reconocer estos principios espirituales, sino que debemos vivirlos y experimentarlos. Phineas Parkhurst Quimby (1802-1866) es considerado el padre intelectual de este movimiento. También fue influido por la obra del ministro Unitario, Ralph Waldo Emerson (1803-1882), iniciador del Trascendentalismo. Cuando Phineas Quimby desarrolló sus métodos de curación mental optó por abrir una oficina en Maine hacia 1854 donde recibía a quienes deseaban curarse y aprender sus métodos. Entre estos primeros adeptos del Nuevo Pensamiento se encontraba Julius Dresser y Mary Baker Eddy quien posteriormente fundaría la religión de la Ciencia Cristiana (esta religión no pertenece formalmente al movimiento del Nuevo Pensamiento por decisión propia de su fundadora.) Su parecido con el movimiento metafísico es muy grande, sin embargo, la metafísica tradicional se ha ido en la dirección de las líneas que le impuso la sociedad Teosófica en su momento y el movimiento Rosacruz mas recientemente, lo cual ha derivado en el New Age, donde se aceptan creencias y prácticas “esotéricas y mágicas” como las mancias, la astrología, la angeloterapia, etc., lo cual, le ha dado, además de una reputación dudosa, una gran cantidad de críticas. Es ahí, donde el Nuevo Pensamiento es radicalmente distinto al New Age y a la metafísica tradicional, por lo que algunos de sus practicantes, refieren que si practican la metafísica, pero la “metafísica moderna”. El Nuevo Pensamiento tiene una dualidad importante en este sentido, por un lado, la idea de Dios está presente de una manera muy fuerte en sus estudios, pláticas, libros y tratados, por lo que incluso como se dijo anteriormente, deriva en movimientos filósofico-religiosos; pero por otro lado, la comunidad del Nuevo Pensamiento, está integrada por profesionistas y científicos prestigiados e inquietos, que ponen sus conocimientos y descubrimientos al alcance del público en apoyo a las ideas del Nuevo Pensamiento. La Programación Neurolingüistica, la Física y la Mecánica Cuántica, la Sociología y la Psicología (sobretodo en la corriente Gestalt y Humanista), van coincidiendo cada vez más en los preceptos básicos del Nuevo Pensamiento, que a pesar de tener mas de 150 años, a la luz de los descubrimientos científicos cada vez toman mas vigencia. LA FILOSOFÍA ALOHA Movimiento Huna Hawaiano 1. IKE: El mundo es lo que uno piensa que es. 2. KALA: No existen límites. 3. MAKIA: La energía fluye hacia donde va la atención. 4. MANAWA: El momento del poder es ahora. 5. ALOHA: Amar es estar feliz con algo. 6. MANA: Todo el poder viene del interior de uno mismo. 7.PONO: Lo efectivo es la medida de lo verdadero.

domingo, 9 de octubre de 2011

Apple-Macintosh y la Ley de la Atracción

Una vez que tomas la decisión el camino se abre. Durante la época de la secundaria, soñaba con tener una computadora. En aquel entonces, teníamos la idea de que la computadora era como en las películas del Santo, unas máquinas inteligentes que obedecían tus órdenes y tenían todo el conocimiento del mundo. Aún recuerdo cuando le pedí a mi papá (qepd) que me comprara una computadora. - Le dije: "Imagínate que le escriba en el teclado, ¿Quién fue Miguel Hidalgo? y me responda con toda la biografía del padre de la patria y su foto y toda la cosa. ¡Me ahorraría mucho trabajo en la escuela!" - Mi papá me contestó: "¿Y eso de que serviría? Te harías un burro." Hace 24 años tuve mi primera computadora, una comodore 16. Era un teclado que traía incorporado el CPU y se conectaba a la televisión como si fuera un videojuego. Mi madre me la compró con mucho esfuerzo debido a mi insistencia. Obviamente, no era nada de lo que yo esperaba o imaginaba. Practicamente no hacía nada. Además no tenía impresora, los diskettes aún no se inventaban y funcionaba con una especie de cartuchos. Pero comprar esos artilugios estaba fuera de nuestro presupuesto. Entonces me enteré que se tenía que programar para que hiciera cosas. Me inscribí en un curso de Programador Analista donde enseñaban a programar en Basic. Además me compré el libro mas grueso que encontré sobre computación... y me puse a hacer cosas. Mi primo Beto me pasó unos programas impresos en unas hojas verdes, que se alimentaban a la computadora y ejecutaban juegos rudimentarios al estilo del Atari. Podía tardar mas de medio día en capturar los largos programas, si se iba la luz, lo perdía todo y debía volver a comenzar. Si me equivocaba en una línea, tenía que buscarla y corregirla. Si todo funcionaba bien y ya que no tenía ningún medio de almacenamiento, al apagar la computadora perdía todas las horas de trabajo de captura. Aún con todo y eso me fascinaba mi computadora. Todo aquello era como magia para mi mente adolescente. Jamás me imaginé que en esos mismos años, en California, unos jóvenes hippies se imaginaban que las computadoras serían mejores y más fáciles de usar que la que yo tenía en casa. No tenía idea siquiera de que Apple existía. Cuando iba a la mitad de la universidad, volví a convencer a mi madre de que me comprara una computadora mas nueva. En esa ocasión, la afortunada fue una IBM PS/II con un procesador 386. Corría el Windows 3.1 y ahora si tenía una impresora Canon - blanco/negro y los disketes ya existían. La multimedia comenzaba a existir. Lo que hacía con esa computadora era mas que magia. Diseñé mis primeras revistas y anuncios publicitarios en ella. Aún recuerdo el fin de semana en que tenía que armar los originales mecánicos de la Revista Audio Tinta de Radio Educación. Mandaba a imprimir una hoja y se tardaba hasta 2 horas en salir impresa. Pero cuando por fin la tenía en mis manos era como tener a un niño recién nacido. La experiencia era incomparable. Aún con todo y eso, era mucho mas rápido y de mayor calidad que armar los originales mecánicos a mano. En la universidad había escuchado que las mejores computadoras para el diseño gráfico eran las Apple, pero que eran carísimas. Así que me conformé con mi IBM y comencé a soñar con Apple. Entraba a las tiendas de computadoras Apple, coleccionaba toda la publicidad que daban de la marca, veía los precios y me imaginaba miles de formas en que conseguía el dinero para comprarme una. Hace 15 años tomé la decisión de comprarme mi primera Apple Macintosh. Asistí a la Expo-Mac en la ciudad de México con los ahorros de medio año de trabajo. La computadora mas barata, la Performa 6300, costaba 12,000 pesos. Yo sólo había alcanzado a juntar 11,300 pesos, aún así me fui en espera de encontrar una buena oferta. Yo sabía que tenía que regresar con una Apple Macintosh a casa. Recorrí todos los stands y ninguno se ajustaba al precio. Hasta que un vendedor se apiadó de mi. Me armó un paquete especial ajustado a mi presupuesto. Cambió el monitor original por uno genérico y me realizó un descuento. Pude comprar mi primera Mac. Al prender mi Mac, me enamoré de inmediato de ella. Era mucho mas rápida, amigable y más bonita. Tenía todas las funcionalidades multimedia y además podía diseñar con ella sin tener que recurrir al latoso Corel. Además no tardaba tanto en imprimir. En ese momento supe que jamás volvería a comprar una PC con windows para uso personal. Como buen cliente y fanático de la marca, aprendí su historia y comenzó mi admiración por Steve Jobs y mi "pelea" con Bill Gates. Después de comprar mi primera Mac, las demás llegaron mucho más fácilmente. Una vez que vences tus miedos y haces algo por primera vez, las siguientes ocasiones es más fácil y rápido volverlo a hacer. Pero me había enamorado tanto de mi primera Mac (y de las subsecuentes) que no podía venderlas o deshacerme de ellas, así fue como comencé a coleccionarlas. Después ya sólo compraría Mac's antiguas por el placer de tenerlas. Actualmente tengo muchas Mac's de todas las etapas, de todos los tipos, de todas las formas. Y por supuesto, que uso una Mac moderna, rápida y eficiente. Por todo ello y más, es que lamenté mucho la muerte de Steve Jobs en días pasados. Conozco la historia de su vida y tengo una idea mas o menos exacta del porqué terminó sus días de la forma en que lo hizo. Pero eso ya no importa. Lo importante es que cambió mi vida y la de millones de personas en el mundo. Gracias a él y a Steve Wozniak (cofundador de Apple) el mundo es mejor que hace 30 años y por fortuna, no volverá a ser igual. Hoy disfruto como nadie de la magia de la computación. El internet hizo posible mi sueño de adolescencia y como le comenté a mi papá (qepd), ahora sólo abro el google y le pregunto a la computadora lo que deseo... ¡y me responde! Y si piensan que no hay una enseñanza espiritual en mi blog de esta semana, debo decirles que están equivocados. Esta anécdota de mi vida es una parábola de como funciona la ley de la atracción. 1.- Debes saber con claridad y absoluta certeza que es lo que quieres. (Yo quería una Mac). 2.- Debes saber lo que se siente o sentiría tener lo que deseas. (Ya había tenido computadoras antes y tenía una sensación acerca de ello). Si no lo has tenido, haz lo posible por tener esa experiencia, Ve a las tiendas y usa los equipos de demostración. Maneja un coche de prueba. Haz lo posible. 3.- Debes tener absoluta certeza, seguridad y confianza de que lograrás lo que quieres o tendrás lo que anhelas. Sin lugar a dudas. (Yo siempre supe que tarde o temprano tendría una Mac...o decenas). 4.- Debes disfrutar del proceso y disfrutar de tu manifestación. (¡Yo disfrutaba las Mac's desde antes de que fueran mías!). Jamás tendrás facilmente algo que no disfrutas o que en realidad no deseas. 5.- Debes hacer TODO lo que esté en tus manos para lograr lo que deseas y el universo hará su parte. 6.- Debes soñar con el mundo posible que deseas (la computadora inteligente de mi adolescencia) y no dejar de soñar en ello. 7.- Debes repetir la experiencia hasta que sea fácil y cotidiano lograr lo que deseas. Sin saberlo, utilicé la ley de la atracción para tener todas las mac que se me dieran la gana. Lo mismo he hecho con los viajes, con mis trabajos y en múltiples áreas de mi vida. Por eso sé que la Ley de la Atracción funciona. Finalmente, agradezco infinitamente a Steve Jobs su gran legado: Lo que puedes imaginar, lo puedes crear. Obviamente, él no era el ingeniero que fabricaba o diseñaba los aparatos, él sólo cumplía con imaginarlos. Después contrataba a las personas adecuadas, se acercaba a las empresas pertinentes y hacía todo lo que tenía que hacer para que lo que había imaginado se volviera realidad. Y disfrutaba haciéndolo. Jamás se dió por vencido, ni siquiera cuando el CEO de HP le dijo que las personas jamás querrían tener una computadora personal en su casa. Steve Jobs SABÍA que tenía la razón y CONFIABA en el poder de su imaginación. HP le hizo un favor pues así comenzó su sueño. El tema de la salud es otro asunto y yo sé que su transición fué también una decisión personal. Por eso, respeto esa decisión y sé que donde quiera que esté está feliz y satisfecho con su obra. NAMASTE querido Steve. Así es.

domingo, 2 de octubre de 2011

¿Qué es lo que quieres?

¿Qué quieres? ¿Cuántas veces nos han preguntado ésto? ¿Cuántas veces lo hemos preguntado a otras personas? ¿Cuántas veces nos lo hemos preguntado a nosotros mismos? Quizá sea la pregunta mas común y la más difícil de contestar a la vez. A lo largo de nuestra vida, tenemos deseos, necesidades, sueños y metas. Muy pocas veces reparamos en la diferencia que hay entre ellos y en menos ocasiones los clasificamos para nuestra propia utilidad. Todos tenemos necesidades. Desde que somos concebidos y mas tarde, nacemos a la vida, tenemos necesidades. Nuestra experiencia mortal nos exige cumplir con ciertas obligaciones: respirar, comer, hidratarnos, descansar, amar y ser amados, comunicarnos, etc... Hay necesidades que son además un derecho, como el amor o el alimento. Nuestras necesidades básicas derivan en necesidades sociales, como lo son: la belleza, el poder, la educación, el transporte, etc. Y tenemos una tercera necesidad, la necesidad de trascender, de servir, de hacer con nuestra vida algo importante, de tener comunicación con nuestro ser superior. Cuando encontramos muchas formas de satisfacer una misma necesidad, entonces comenzamos a desear. Deseamos cuando tenemos varias alternativas para satisfacer nuestras necesidades. Todos tenemos la necesidad de comunicarnos, pero deseamos hacerlo de formas distintas. Hay quien prefiere comunicarse a través del internet, de cartas, de mensajes de texto, hablando por teléfono, etc. Y para ello ocupamos aparatos, tecnología, equipos que nos asisten en la tarea. Aqui es dónde comienza la complicación, pues confundimos el instrumento con el deseo y el deseo con la necesidad. Cuándo yo digo que deseo un auto, ¿Qué es lo que en realidad quiero? No quiero el armatoste mecánico y metálico, tenerlo de por sí no satisface ninguna necesidad específica. Es cuando lo uso, cuando en realidad me sirve. El automovil me sirve para transportarme y transportarme me sirve para estar en comunicación con los demás y necesito estar en comunicación con los demás para poder trabajar, para poder servir, para poder expresarme, etc. Aunque igual podría trasladarme en moto, bicicleta o transporte colectivo. Así que el automovil además de transportarme me da comodidad, seguridad, rapidez. Decir que deseo un auto no es del todo correcto. Lo que deseo es trasladarme de un lado a otro, con comodidad, seguridad y rapidez. A esto le llamo "La Miopía de la Querencia". Es común que en los países mas desarrollados quienes podrían tener un auto prefieran transportarse en taxi, tren o motocicleta. Esto es natural ya que en esos países el transporte público es seguro y cómodo, además la educación vial garantiza la seguridad de los motociclistas. La miopía de la querencia se podría definir como la confusión del objeto o sujeto con la utilidad o necesidad real. Querer una pareja en realidad es querer compañía, sexo, comprensión, comunicación, tolerancia, simpatía, compatibilidad, etc. Quienes han logrado emparejarse con una persona "bella físicamente" pero que no le satisface intelectual, sentimental o hasta sexualmente, saben a lo que me refiero. Es como tener un ferrari estacionado en la cochera porque no tiene motor o asientos o se encuentra sin gasolina. Cuando queremos hacer realidad nuestros deseos, debemos tomar en cuenta "La Miopía de la Querencia". Nos pasamos mas de la mitad de nuestra vida trabajando y luchando por hacer realidad nuestros deseos, sólo para darnos cuenta que el puro hecho de hacerlos realidad, a veces nos sirve de muy poco. Centramos nuestra atención en el objeto o sujeto y no en lo que en realidad necesitamos y queremos. "La miopía de la querencia" es uno de los resultados de nuestra cultura orientada al consumo. La mercadotecnia y la publicidad nos han enseñado a desear y querer el objeto por encima de su utilidad. Aún mas importante, deseamos el objeto o el sujeto por encima de las emociones y sentimientos que la satisfacción de tenerlos nos puede dar. Por esta razón, vivimos una etapa de caducidad en todos los sentidos. Los matrimonios tienen fecha de caducidad, porque nos enfocamos en escoger al sujeto adecuado, como si de leche o yogurth se tratara. Cuando el sujeto ya no nos sirve, satisface o no resulta lo que esperábamos, lo desechamos. Compramos celulares, computadoras, autos, ropa y zapatos desechables. Ya no invertimos en nuestros bienes, simplemente compramos para usar y desechar. Un celular después de un año, sirve perfectamente para el propósito básico para el fin que fue diseñado y producido: comunicar, sin embargo, la miopía de la querencia, nos hace creer que "necesitamos" un celular nuevo. La frecuencia con que nuestros "deseos" se renuevan, hace mas comprensible porqué es tan difícil de usar la "ley de la atracción" en nuestros días. Deseamos por capricho, no por necesidad. Y por el mismo capricho cambiamos de deseo, tan frecuentemente que ni siquiera nos damos tiempo de apasionarnos, de entusiasmarnos, de manifestar nuestros deseos. Imaginemos que un campesino siembra granos de maíz, pero a la siguiente semana de haberlos plantado, cambia de idea y remueve la tierra y ahora decide que desea frijoles. Pero a la siguiente semana, decide que ahora desea papayas. Es muy probable que no solamente tenga un problema para sacarle provecho a sus tierras, sino que se quede sin nada. En la mayoría de las ocasiones la pobreza es un problema de decisión y codicia. Cuando hablamos de nuestros sueños, hablamos de deseos y necesidades pero en un nivel superior a lo físico y lo material. Decir que nuestro sueño es tener un auto, una casa o un marido (esposa) es insultante para los sueños. Esos son deseos vagos. Confundir a nuestros sueños con simples deseos, nos ha ido volviendo una sociedad mediocre. Con bajas aspiraciones. Cuando un joven dice que su mayor sueño es tener una casa, un auto y una familia, no puedo mas que entristecerme. No sólo son aspiraciones bajas y egoístas, sino deseos también muy fáciles de cumplir. Nuestros sueños deben cumplir varios propósitos. 1.- Un sueño nos debe apasionar. Y no hablo solamente de que nos emocione o creamos que sentiremos alegría al hacerlo realidad. Un sueño nos apasiona tanto que el sólo hecho de trabajar en llevarlo a la realidad ya nos hace sentirnos felices, entusiasmados y con energía. 2.- El sueño debe reflejar quien soy, debe formar parte de mí y definirme en todos los sentidos. Si para alguien su mayor sueño es casarse, ¿Qué dice esto de esa persona? Si el mayor sueño de alguien es tener un coche, a menos que se trate de un piloto profesional de carreras, el sueño de tener un auto define pobremente a una persona. Si el sueño de alguien es dedicarse a algo ilícito o que dañe a sus semejantes... el sueño define al soñador. Dime cual es tu sueño y te diré quien eres. 3.- El sueño debe llevarnos a una comunión sagrada. Nuestros anhelos mas grandes o superiores provienen de Dios. Dios nos inspira a servir a la humanidad y a ser mejores personas a través de nuestros anhelos mas elevados. 4.- Tu sueño te hace desarrollarte y ser mejor. A través del cumplimiento de nuestros sueños, nos hacemos mejores personas, aprendemos, maduramos y nos desarrollamos. Tú no construyes tu sueño, tu sueño te construye a ti. 5.- El sueño debe servir a los demás y mejorar tu entorno. Los mas grandes sueños de la humanidad nunca han servido a un sólo amo. Los sueños al ser sagrados tienen un carácter universal. Por último, las metas nos sirven para medir nuestro avance en pos de algo superior. Una meta no es el fin del camino, la meta nos sirve para señalar el camino. Tener metas es normal y es necesario. Tener metas como finalidad única es una confusión. Una meta se cumple sólo para llevarnos a la siguiente meta. Y podemos poner metas para manifestar nuestros deseos y para construir nuestros sueños. El día de hoy, yo disfruto de la construcción de mis sueños, disfruto de el servicio a mis semejantes y a mi comunidad. Manifiesto mis deseos y sé que gracias a la providencia divina mis necesidades son satisfechas de forma correcta, perfecta y abundantemente. Cumplo mis metas con agrado y disfruto del aprendizaje diario. Asi es.

domingo, 25 de septiembre de 2011

No te quejes, haz algo al respecto.

Hay mucha gente quejándose. Pareciera que a muchas personas les divierte o les da placer quejarse.
La queja es la forma de comunicación mas primitiva que conoce nuestra raza humana. Cuando nacemos nuestro lenguaje es muy limitado, reimos, lloramos y si nos duele algo nos quejamos. Y la mamá siempre acude al llamado de queja de su bebé.
Por eso nos gusta quejarnos. Recordamos que cuando nos quejamos, "mamá nos hace caso".

El problema es cuando no dejamos de hacerlo y nos quejamos por todo.

Quejarnos reafirma nuestra creencia en lo que está mal. La queja es el alimento de los sucesos negativos por los que atravesamos en la vida. Cuando nos quejamos sólo hacemos que las cosas empeoren.

Mucha gente me dice: Y si no me quejo ¿Cómo hago saber que algo está mal?

Hay alternativas para evitar la queja: La recomendación, la sugerencia, la crítica, la advertencia, la represión, las llamadas de atención, el diálogo, etc...
Hay tantas alternativas como posibilidades de comunicación existen. Sin embargo, quizá la mejor alternativa a la queja, es la acción.
Tomar acción significa que antes de sentirme mal, antes de enojarme, antes de quejarme, hago algo al respecto.
Quejarse es muy fácil, hacer algo al respecto no tanto.
Quejarse es muy cómodo, hacer algo al respecto significa compromiso.

En el festejo del grito de independencia que acaba de pasar, se hizo una invitación a toda la población para que no acudiera a "festejar el grito" y se quedaran en casa como una medida de protesta pacífica, de compromiso. Algunas personas se quedaron en casa, la gran mayoría se fue a bailar, a emborracharse, etc. Todas las personas se quejan de la situación del país, pero pocos están dispuestos a hacer algo.

Ese es sólo un ejemplo reciente.

Sin embargo, no sólo se aplica a la costumbre de quejarse. Hacer algo al respecto se aplica de igual forma cuando oramos y cuando pedimos.
La fe de igual manera requiere de acción.

Comprender que los errores y el dolor son parte de la vida, nos ayuda a no quejarnos tanto y tan continuamente. Curiosamente cuando uno deja de quejarse se equivoca menos y los eventos dolorosos se hacen menos continuos.
Los errores son parte del aprendizaje, el dolor es necesario para reconocer el placer. La queja sale sobrando.

En algún punto de la historia contemporánea, nuestra sociedad se ha vuelto hedonista al extremo, de tal forma que la equivocación, el error y el dolor han sido satanizados. Como si se tratarán de algo malo.
La equivocación y el error forman parte indispensable y necesaria del aprendizaje humano, quien no ha cometido errores, no es capaz de reconocer cuando ha aprendido.
El dolor es la señal inequívoca de la vida. Si fuera posible que alguien no sintiera dolor jamás en su vida, no se podría dar cuenta de la felicidad, no sabría lo que es la felicidad. En un universo de opuestos, la noche complementa al día, el blanco al negro, la ausencia a la presencia, el dolor al placer, el error al acierto.
Si tomamos en cuenta que todo tiene solución y que el 80% de las veces la solución está en nuestras manos, quejarse casi pierde el sentido.

Cuando estés enfermo, no te quejes, ve al doctor, toma tus medicamentos y piensa en salud.
Cuando te duele algo, no te quejes, sóbate, apapachate, abraza tu dolor, dale amor y piensa en estados de placer y felicidad.
Cuando te equivoques, no te quejes, aprende del error e intentalo de nuevo.
Cuando alguien se equivoque, no te quejes, sé empático, comprende que todos cometemos errores, busca la solución y colabora con la misma.

Y si ya no encuentras la solución o crees que no tiene solución, entonces siempre puedes orar y confíar en el poder universal, para Él no hay imposibles. No te quejes. Las cosas pasan por algo y todo pasa por tu bien, aunque por el momento no lo puedas aceptar o ver así.

Tengo 37 años y he cometido muchos errores, mi vida ha estado llena de dolor en múltiples sentidos. Si la expectativa de vida es de 80 años en promedio, entonces he dedicado la mitad de mi vida a aprender como no hacer mal muchas cosas y a hacer bien muchas otras. Soy afortunado, me queda la mitad de la vida para hacer las cosas que he hecho mal de la forma correcta.

Yo bendigo mis errores y el dolor que he sentido en el pasado. Gracias a ellos, he aprendido, mejorado y ahora sé lo que es la felicidad y el placer.

Bendito sea el proceso de la vida. Es perfecto. Sin quejas.

Así es.

domingo, 18 de septiembre de 2011

Ver mas allá de lo "que es".

No es fácil mantener la calma cuando nuestros pensamientos están llenos de miedo. Sin embargo, es el momento exacto en que debemos intentar mantener la calma. Es bueno recordar que estamos viviendo en un universo inteligente y que éste responde a nuestros estados mentales. El miedo causa mas miedo. La paz trae mas paz. Estamos trabajando con una simple ley de causa y efecto. Si cambiamos la causa experimentamos un efecto distinto. Es simple. Simple pero no por ello fácil de comprender cuando intentamos pensar correctamente para cambiar nuestra realidad.

Los momentos presentes que vive la sociedad mexicana son difíciles. Hay miedo en los medios de comunicación, miedo en las calles, miedo en el aire.
El pensamiento colectivo se repite a si mismo las palabras violencia, inseguridad, muerte, sangre, traición, etc.
Estamos creando nuestra propia realidad con nuestros pensamientos.
El verdadero cambio para nuestro país, nuestro entorno, nuestra comunidad y nuestra familia, debe comenzar por el cambio en nuestro propio pensamiento.
Pase lo que pase no hago míos los pensamientos de miedo colectivos, esa es la forma de protegerme a mí y a quienes me rodean.
"No nos dejes caer en la tentación y libéranos de la idea del mal."
La tentación de caer en el pensamiento colectivo de miedo y negatividad.
La idea de que lo que pasa es malo y que lo malo siempre tiende a empeorar.

Detrás del caos, existe un orden subyacente.
Mas allá del dolor y el miedo del momento presente hay una guía divina, un orden y un propósito. En momentos difíciles, confío en que mas allá de lo que mis ojos ven, mis oidos escuchan y mi corazón siente, está la realidad, la verdad espiritual en la situación.
Después de todo, nada es para siempre. Por mas mala que sea la situación actual, no hay mal que dure cien años. Y si la situación es desagradable, siempre la podemos cambiar con el pensamiento correcto. Eso es lo que llamamos esperanza.

Recuerda, el mundo físico en el que vivimos está en constante cambio. Lo único constante en el momento presente es el proceso de cambio. La gente cambia, la gente se mueve, los gobiernos cambian, el clima cambia... pero hay una constante: la Realidad del Poder Universal que llamamos Dios. Ésta es la inteligencia que mantiene el planeta en línea y al sistema solar girando alrededor del sol. Es la creatividad que trae el arcoiris después de la lluvia. Es el amor que florece en un niño recién nacido. Es el aire de cada respiración que es vida en si misma, vive y se mueve y está siendo en ti y en mi. Nosotros debemos aprender a ver mas allá de lo que hay en el momento presente y alinearnos con la gran Verdad que es la substancia y corazón del espiritu universal en ti y en mi.
Tener la seguridad de que ese Poder nos guía y que por lo tanto, todo pasa por nuestro bien, es saber con certeza que en este momento tengo todo lo que necesito, que nada me falta o me faltará y que mi vida es buena, muy buena.
A eso, le llamo fe.
Así es.

Yo bendigo lo "que es" en mi vida, sabiendo que se encuentra en un estado de cambio y que el cambio no se detiene. Mas allá de lo que yo veo, está la verdad eterna que se encuentra detrás de todas las cosas y situaciones. El Poder y el Amor de lo que Dios es, ahora permea cada pensamiento y acción. Yo veo con nuevos ojos. Mi visión es de belleza y placer. Yo permanezco firme para ver la Verdad. Mi vida refleja la eterna verdad de toda la amorosa creación, armonía, equilibrio y balance.